Si tu respuesta es sí, permíteme decirte: ese terreno lo recorremos todos…

.

La sensación de indefensión, agotamiento, ingratitud. Es frustrante, puedes llegar a sentir que te quitan el suelo… y pensar, ¿para qué me hice profesor? ¿Cuántos “kilómetros” podré recorrer con mie felicidad “en reserva”?

.

.

Sé cómo te sientes, yo he estado ahí, pero me cambiaron la mirada.

..

Un día alguien me dijo que debería comenzar a escuchar lo que los alumnos llevaban dentro, no lo que yo quería contarles. Que las familias no eran mis enemigos, sino mis aliados, y que los otros profesores eran compañeros de vocación y camino.

.

Me cambió el paradigma. Desde entonces decidí iniciar un camino de profunda transformación personal. Me formé todo lo que pude y comencé a desarrollar recursos y herramientas para ayudar a otros formadores a elevar la mirada ante la excelsa vocación a la que estamos llamados. 

.

♦ Te aseguro que este cambio de paradigma ha cambiado mi existencia.